miércoles, 10 de enero de 2007

Mi renuncia y baja

Ripollet, 10 de enero de 2007

A la ejecutiva de la agrupación del PSC-PSOE Ripollet

Con el comienzo del año 2007 y con el contrapunto del año que se cierra, sirva esta carta, que hago pública, de la misma forma que hice pública mi candidatura a encabezar las listas del PSC para las próximas elecciones municipales a celebrar en mayo.
Sirva como decía, para anunciar:

1. Mí renuncia a presentarme a unas primarias viciadas y totalmente dirigidas.
2. Mí baja –con dolor y tristeza- como militante del PSC después de 20 años de militancia activa y apasionada.
3. Mí repudio a una forma de hacer política personalista e interesada, bajo las siglas de un partido que no debería permitirlo.
4. Mí voto y mí apuesta personal por la libertad política y de expresión por encima de clientelismos y devociones personales.
5. Mí rechazo a militar en un partido en el que se me increpa con actitudes violentas simplemente por opinar.

La decisión la tomo con la seriedad y la firmeza que se merece y tras un periodo de reflexión no exento de amargura y de algunas preguntas sin respuesta, que los acontecimientos futuros, espero, desvelarán.
No encierra debilidad ni flaqueza, todo lo contrario, es una muestra de mi determinación y coraje por regenerar la vida política de nuestro ayuntamiento, sin ataduras ni mordazas, recuperando mi libertad de opinión y sin haber perdido un ápice de dignidad.
Tomo esta decisión, por dos cuestiones de vital importancia, la primera que no quiero ser una victima más de un proceso “partidario” estilo “purga” en el que no participo ni opino, la ejecutiva y el grupo municipal tienen intereses que no coinciden en absoluto con los intereses generales del municipio, y mi proyecto no termina ni muere con un proceso reglamentario, al estilo yo me lo guiso yo me lo como, lo segundo, no quiero dañar al partido por opinar de diferente forma que su excelso líder y alcalde el señor Parralejo, en cuanto a cómo hay que gobernar Ripollet y cuales son sus prioridades.
En los partidos y en las democracias como sucede con los organismos vivos, hay bacterias y virus, a veces también parásitos, que debilitan y enferman sus estructuras, pero a diferencia de los organismos vivos, los partidos no tienen o no quieren tener defensas para luchar contra ellos.
Comienzo pues esta nueva etapa con la ilusión, “salud democrática” y el coraje renovado para trabajar, presentar y encabezar un proyecto diferente para un Ripollet mejor.

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Celedonio Sepúlveda

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