sábado, 10 de noviembre de 2007

La Traición

judas.jpgDe todos los conceptos deleznables surgidos de la inteligencia y el comportamiento del ser humano, existe uno que me produce verdadera repugnancia: la traición.
La traición no siempre es la misma, siendo repugnante en todos los casos, tiene grados y ciertos atenuantes, tenemos la traición por cobardía, por sobrevivir, por chantaje.., traiciones en contraposición de algo importante y como se observa es una elección entre vida o muerte, vida es igual a traición, por lo tanto es difícil criticar dicho comportamiento lastimero, no todos los seres son valientes o héroes, ni tienen por que serlo.
Pero la traición repugnante y en mayúsculas es la que se hace por mero capricho, por carácter, por egoísmo, por subir un peldaño en tu status, porque piensas que serás reconocido socialmente, por dinero, por fama, por una poltrona, en definitiva por que de persona solo se tiene el aspecto exterior, pero por dentro se es pura carroña, desperdicio humano y algo que la humanidad repudia por lo que de asqueroso tiene ese tipo de traición y por los males que históricamente ha deparado.
Lo curioso es que quien actúa de esta manera tiene un aspecto formal y hasta puede resultar simpático socialmente en su estado de letargo, mientras prepara la siguiente, son seres que se desenvuelven en la sociedad con normalidad y suelen pasar desapercibidos, en la mayoría de los casos tienen inteligencia y son listos, suelen ocupar puestos de relevancia en las empresas y en la política y tienen un estigma que los delata siempre, les importa un bledo los demás, nunca se mojan ni se comprometen si no sacan provecho.
Seguramente cada unos de nosotros tenemos identificado como mínimo a uno de estos bichos repugnantes. En la historia se encuentran por miles.
Un consejo: procurad alejaros de sus cantos seductores.