martes, 29 de enero de 2008

Irracionalidad o incompetencia

Resulta increíble, no han terminado de implantar el limite de velocidad de 80Km/h en el área metropolitana y ya vuelven con la sugerencia de otra medida con el mismo calado irracional, en el orden de reducir o prohibir, reducir espacios vitales y prohibir movimientos, hace unos meses eran los pisos de 30 metros y ahora las calzadas para los coches.

Es esta dinámica de pensamiento fruto de las titulaciones y la preparación o simplemente un virus que se apodera de nuestra clase política, o es causa de una crisis de valores que provoca un retroceso en las libertades y los espacios que corresponden a los ciudadanos. O simplemente incompetencia, pura y dura.

Con similar argumentación que la empleada para lanzar esta propuesta, se pueden lanzar varias, de igual manera que el ancho de la calzada invita a correr, lo hace la potencia, el confort, el peso y la insonoridad del habitáculo, la propuesta definitiva es volver al 600 y los caminos de cabras.

Acabaran agotando la paciencia de los ciudadanos con tanta torpeza.

miércoles, 23 de enero de 2008

La inteligencia

Sample007 El agua es agua, la inteligencia sólo es inteligencia. Pero así, como el agua tiene unas características concretas en función de su origen, de su roce entre piedras, del lecho por el que ha sido guiada, de la porquería con la que ha sido contaminada. Así, también la inteligencia tiene diferentes matices y sensibilidades, depende de su origen, de los componentes que la han ido formando. Hay una inteligencia apta para la ambición, otra para la política, otra para el arte, otra para las ciencias, unas más duras y otras más blandas, pero todas validas. La dificultad reside en saber que clase de agua debemos beber, no todas son iguales.

Hay unas inteligencias con más prestigio que otras, unas más deseadas y con más posibilidades de triunfar en el hábitat natural y salvaje. Pero la inteligencia de cualquier clase, como el agua, si nadie la aprovecha, al final desaparece en la gran inmensidad del mar. Deja de existir.


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viernes, 11 de enero de 2008

Los puentes de la soledad

soledad.jpgEl veneno correría rápidamente por su cuerpo, nada lo podía parar, en unos instantes todos y cada uno de sus poros estarían empapados, contaminados, a merced de las alucinaciones. Solo cabía esperar los efectos benignos de la mordedura y disfrutar mientras tanto de sus hermosas sensaciones. Un mundo de sueño y aislamiento giraba a su alrededor, nada le importaba, no podía resistir la embriaguez, ni quería.

Estaban sentados en una de las mesas del bar, frente a la barra, tomando un café antes de comenzar las clases, una rutina necesaria para no caer en el sopor de las aulas.

- Sabes que ella esta enamorada de ti, que esta loca por tus huesos, pero no se lo digas, me lo ha contado como un secreto

Él quedo muy sorprendido, incluso asustado.

- ¿Que dices? y porque te lo ha dicho a ti.

- Supongo que porque no se atreve a decírtelo a ti y como yo soy tu amigo. Que importa.

Una sensación de zozobra se apodero de él, se sentía traicionado, descubierto, a pesar de estar con su mejor amigo. No sabia como reaccionar, se le acumulaba la rabia. Esas sensaciones recién descubiertas, ese mundo secreto de los dos había sido profanado, ya había más gente. Él lo había cuidado y protegido del exterior, no quería que nadie participara en ese intercambio de cómplices miradas, de deseo juvenil. Tenía temor de que alguien pudiera romper tanta belleza. No sabia si aquello era amor, de hecho la palabra amor le resultaba demasiado confusa, una palabra de adultos con muchas complicaciones. Sólo necesitaba su presencia, estar junto a ella, sentir su voz y reírse a carcajadas de cualquier ocurrencia, mirarla y dejarse arrastrar por los sentimientos, sin la complicación del amor, la palabra amor es poco duradera, su significado muere pronto. Aquello era más importante, estaba por encima del amor, una amistad cargada de estrellas, de nuevos descubrimientos, un refugio lleno de ternura, una isla donde refugiarse y sentirse protegido, caricias y besos furtivos, cuerpos juntos buscando la felicidad y turbados por el calor mutuo de la piel.

No, él no quería esa palabra extraña, gastada, le enfurecía el ruido de sus grilletes, su fantasmal y efímera presencia, su devoradora capacidad para destruir. Él quería una amistad sin barreras, con alas para perderse en busca de paraísos comunes, sin prisas por llegar a ningún sitio. Un mundo de belleza solo para dos. Todo aquello se derrumbo por un deseo irrefrenable de vivir, por la debilidad y la desconfianza de perderlo.

Los dos eran jóvenes, estaban descubriendo el mundo y sus ironías con toda su amargura, su capacidad de sufrimiento juvenil, el más solitario de todos, se iba a poner a prueba. Él quedo sumido en un abatimiento profundo, su máximo deseo era odiarla, pero era incapaz y le irrumpió el deseo de alejarse, tenía ganas de salir corriendo y no verla jamás. Sin embargo, al día siguiente la realidad se imponía, ella estaba ahí, cerca, cruzando la mirada con él.

Nunca he llegado a conocerla, ni se su nombre, forma parte de su tesoro íntimo. Conozco la historia y lo conozco a él, un viejecito amable, de palabra fácil y una profunda y cálida mirada. Es mi padre, se presento ante mi un día cualquiera y me sedujo para escuchar su historia. Yo estaba en mi habitación, escribiendo, buscaba las palabras justas y, de pronto me vi envuelto en un mar de ellas, engatusado por la hermosura del manantial que brotaba de cada uno de los rincones de su memoria, escudriñaba lugares remotos intentando dar nitidez a las imágenes borrosas de sus recuerdos, salpicarlas de vida.

Él quería que yo le escuchara, me quería evocar la vida de recuerdos, sus experiencias no compartidas. Yo por aquel entonces era joven y me gustaba contar historias, pero nunca había tenido nada interesante que contar. Su deseo era inmortalizar su vida de sentimientos, protegerlos del olvido, sabia de los caprichos de la muerte, según decía se tuteaba con ella, pero no quería que su historia muriese con él. Me contaba que a la muerte hay que arañarle todo lo que se pueda, como inevitable que es, al menos que se lleve solamente nuestro cuerpo, los despojos nada más, el resto de lo que somos y pensamos hay que dejarlo aquí. Ese es el único triunfo frente a ella.

Sus palabras salían limpias, a raudales mientras los ojos se le iluminaban, de vez en cuando me miraba fijamente y hacia algún comentario, profundizaba en pequeños detalles, desgranaba aspectos vitales de su andadura, nada había pasado por su vida gratuitamente, desarmaba todo aquello que le llamaba la atención e intentaba buscar el porque de todo, era un impulso superior que no podía dominar, salvaje e instintivo.

Ella no sabia nada, no presentía ni era consciente de su violación, tampoco sospechaba su reacción, posiblemente creía que su acto era un acción de valentía ante sus sentimientos. Él la miraba con rencor contenido, intentando descifrar la causa de su deslealtad en el destello azul de sus dos océanos, sin mediar palabras, ella sonreía, esperaba encontrarlo como siempre, pero descubría una situación fría, parecía no haber ocurrido nada pero se interponía una distancia abismal. Ninguno de los dos hizo el más mínimo comentario. Eran dos volcanes llenos de vida, a punto de estallar, pero con destinos diferentes, forjaron un muro de cristal donde continuamente se estrellarían. Se podían atravesar con las miradas, acariciarse con el pensamiento, pero nunca sentirían el calor y las risas como antes. Los dos estaban poseídos por el miedo, miedos diferentes pero nacidos en el mismo vientre, salidos de la profunda oscuridad de la juventud.

Yo había descubierto en él, después de muchos días de placida charla, una capacidad de síntesis abrumadora, insultante a veces, cuando hablaba o actuaba tejía puentes entre situaciones y conceptos que el suponía sabidos por la otra persona. Puentes a los que él volvía y cruzaba de forma pausada, pero que en el instante mismo de trazarlo, el otro, si no lo había imaginado al mismo tiempo quedaba paralizado, confuso, incluso despreciado. No era esa su intención, pero su vida era su pensamiento, y su pensamiento vivía y caminaba cada segundo frenéticamente. Él se adelantaba, cuando estaba al otro lado, nadie más estaba allí, el creía que si, porque los veía, pero estaba solo. Muy solo. En muchas ocasiones nadie cruzaría nunca por allí. Ese muro de cristal que el me contó, no fue nunca un muro de cristal, estoy seguro que fue uno de esos puentes imaginarios que ella nunca descubrió y que no pudo cruzar, han seguido el mismo río por orillas diferentes. Terca y absurda es la vida, hubiese bastado una sola indicación, un solo grito para darse cuenta de donde estaban y tenderse la mano.

Cuando pienso en ello, creo ver uno de esos puentes entre él y yo, difuso, nada claro, en realidad debe de haber muchos más. Pero creo adivinar que él si sabia en que orilla estaba ella y donde estaba el puente que ella debía cruzar. Quería que ella lo descubriese, sola, era el castigo a su traición, él era consciente que de esa forma se castigaba también él, por su silencio y por su orgullo.

Los encuentros se producían, pero ya cada vez más fríos, eran indiferentes, él se distanciaba y ella luchaba por descubrir aquel misterioso mutismo. Él estaba herido y ella encabritada y los dos, náufragos y perdidos en un mar que los engullía ya sin remedio. Él decía que no pasaba nada, pero ella notaba su huida, lo que sería el rechazo más hiriente y más doloroso de su vida.

Él opto por el silencio y el desaire, porque no quería destruir aquellas sensaciones. En cierta manera su intención era retirarse, perderse en un lugar solitario de su imaginación y curar sus heridas, para luego volver. Desaparecer en silencio, sin despedidas. Pero el destino los mantenía cerca. Ella no sabia si estaba herido o si quería desaparecer, solo sabia que él estaba ahí y no la veía. Como consecuencia de la insistencia de ella y el rechazo de él, ambos rebotaban cada vez con más fuerza, se hacían daño, sus heridas empezaban a sangrar lágrimas de rabia e incomprensión mutua. Nunca el silencio ha sido tan brutal y desgarrador.

El mundo de dos se partió y cada uno con el mundo que le pertenecía busco otros mundos donde ubicarse, un lugar donde encontrar la paz y la felicidad perdida.

Ella llena de rabia, se endureció, aplacó sus sentimientos y los meció hasta dormirlos en un rincón de su corazón, luego intento ahogar su desgarrador sufrimiento en otras miradas, en otros brazos, en otros hombres, buscaba y buscaba siempre insatisfecha algo que había escondido en su intimidad. Vulnerable y desnuda trataba de evitar que el corazón se le agrietase y perder su pequeño cofre de vida, su pequeño tesoro, su gran sentimiento enmudecido. Tejió un mundo propio y descubrió en la vida su mayor valor. Vivir y aprovechar todos los resquicios, llenar cada una de las grietas y satisfacer todos los deseos. Aprendió a dominar la angustia de su corazón porque sabia el secreto depositado en el, y en los momentos de soledad cuando la nostalgia la inundaba, a escondidas, miraba su interior y descubría su resplandor, su luz perenne. Todo estaba en orden. Era entonces cuando una descarga de felicidad le recorría su cuerpo y la arrastraba al mas placentero de los sueños.

Para él, aquello supuso una nueva etapa, un camino lleno de confusión, de dudas, de total incertidumbre, buscaba un bálsamo que pudiera cerrar las heridas, un empeño lleno de escarpados esfuerzos y vertiginosas caídas. Su instinto y su coraje le proporcionaron la droga contra el dolor, se imponía no perder el tren de la vida, el de la juventud ya estaba descarrilado. Creó dos espacios vitales, totalmente estancos, sin comunicación posible, uno real, que imponían los acontecimientos y otro intimo, muy personal, lleno de sueños y figuras, de ideas y también de soledad, mucha soledad ahogada en lágrimas, y mucha rabia contenida.

Cuando me contaba esta personal forma de protegerse, me daba cuenta de que el dolor que le asustaba, no era el físico sino el emocional. Su apreciación del mundo era muy positiva, y la vida dentro de él muy hermosa, a pesar de sus amarguras, lo importante, al final, es que la vida no pase desapercibida, las dificultades forman parte de nuestro camino y nos permiten valorar y disfrutar con más amplificación y sabiduría los pocos momentos de paz, los descansos. En realidad el transito por este mundo no habría de ser tan complicado si la conciencia o inconciencia del ser humano no tendiese a complicarlo. La sencillez de la belleza se transforma en sinuosa cuando la voluntad intenta modificarla. «La lucha por la supervivencia, el canibalismo social, es lo que más nos aproxima a las bestias, embrutece y enturbia el orden natural» decía.

Aquel refugio de su imaginación, aquel escondite de tan difícil acceso, lo llevaba siempre como equipaje, era su paraíso y su infierno. Allí soñaba sus sueños mas bellos, allí pintaba los paisajes mas verdes, los ríos mas blancos, las nubes más azules y respiraba el aire más limpio, allí montaba su mundo de armonía, a su antojo y capricho, una y otra vez. También allí con los recuerdos, los anhelos y las horas no vividas, con todo el ritual de un verdugo, se torturaba y languidecía hasta que hacia aparición la tristeza, la mas lejana, la que esta al borde del abismo. Me advirtió de lo peligroso de este abandono, había ocasiones en las que era muy difícil salir a la realidad, la lucha era con uñas y dientes para no dejarse caer, para agarrase a la vida, la cantos de la tristeza son muy tentadores. Aprendió a jugar al borde, a darle la mano y pasearse con ella. Utilizaba la música, un tipo de música, no toda, le servia de guía en aquella oscuridad y le marcaba los tiempos, cuando cerraba los ojos y se abandonaba, la tristeza venia y se arrojaba en sus brazos, notaba sus caricias sus seductoras palabras, su agradable presencia. Cuando la música terminaba, al abrir los ojos, le brotaban hirientes hilos de lava que le abrasaban el alma. Pero se alegraba porque siempre la vencía. Además sabia que allí, junto al abismo, siempre estaba ella, con su cofre de luz perenne, esperándolo.

Por aquel entonces la vida comenzaba a brotar, los tiempos estaban cargados de cambios, la historia de este país emprendía un nuevo rumbo, eran días de duelo para unos y de nuevas ilusiones para otros, los ciudadanos se desperezaban de un largo sueño, él también se encontró inmerso en estos cambios profundos, no entendía nada, tan solo sabia que aquel fatal personaje del que tanto había oído hablar había dejado de existir. Seria en ese mismo bar y en ese mismo instituto donde tomaría conciencia de toda aquella marea que se desataba.

jueves, 10 de enero de 2008

La complicidad del fracaso

fracaso.jpgEn la mayoría de los casos los fracasos de nuestros hijos están amparados en la complicidad y comodidad mutuos.
El ser humano como cualquier otro animal de este mundo no ha nacido principalmente para trabajar ni siquiera en acatamiento de la maldición bíblica, sin embargo trabajar es relativamente fácil, a veces trabajar no requiere mucho esfuerzo.
El trabajo y la ambición estresante son elementos cotidianos, añadidos, posiblemente como consecuencia de nuestra necesidad de vivir y ser reconocidos por la sociedad, la condición natural es la tendencia a la comodidad y la elección de lo fácil. El estudio, asunto que nos ocupa, como cualquier otra disciplina o actividad que necesite concentración, trabajo y sobre todo esfuerzo, resulta tediosa y difícil, a diferencia por ejemplo del deporte, aquí lo importante no solo es participar, es importante además de participar superar los exámenes, lo que añade una dosis de trabajo, esfuerzo y concentración mayores.
Pero si además aparecen elementos de estrés y situaciones de angustia debido al conocimiento de nuestras limitaciones para superar el examen, porque nos ha pillado el toro y tenemos un sentimiento de culpa por dedicar más horas a la consola que al estudio, la cosa se complica, el panorama a primera vista resulta desalentador y si además, e imitando al Sabina, pongamos que hablamos de nuestros cachorros la cosa parece incluso que suena peor.
Nuestros hijos intentan salir del atolladero, y como primera intención buscan la solución fácil: la renuncia al esfuerzo, con la frase típica, “es que no me gusta estudiar” y en ella buscan nuestra complicidad y nuestro consentimiento. Debemos de ser conscientes que la frase encierra una renuncia clara al esfuerzo y al trabajo disciplinado, y por tanto nuestra función como padres es reconducir los pequeños descalabros hacia el triunfo basado en el esfuerzo y la constancia.
El estudio, cuando se supera la fase de torpeza y de agobio que supone el desconocimiento y la falta de destreza ante la incapacidad de entender y asimilar tanta información, como sucede en materias como las matemáticas cuando dejan de ser sumas y restas, y en la naturaleza nos dicen que hay física y química. Superado esto, no sin una gran dosis de esfuerzo y ganas por salir de la neblina, el estudio es una de las facetas más apasionantes que nos podemos encontrar en nuestras vidas tanto individual como social, nos enganchara y formara parte de nosotros, y le encontraremos el verdadero sentido cuando esa necesidad de saber y de estudiar se manifieste fuera de la rigidez de los años académicos, y sea ya por puro placer de mantener la mayor miseria del ser humano: la ignorancia, a raya.
Pero para superar esta fase de desanimo se necesita disciplina y constancia en el estudio y lo que nos parece correoso y difícil de entender, se vuelve amigable y se va entendiendo, la sensación de estar en un túnel oscuro, agobiado y desanimado, poco a poco se convierte en un día soleado y alegre, con mucha constancia, el resultado y el premio es grandioso, el conocimiento nos convierte en otras personas, nuestra percepción de la realidad la entenderemos en base a ese nuevo bagaje que supone mayor conocimiento y mejores herramientas para manejarnos en un mundo que nunca nos será fácil.
Los padres no debemos de ser cómodos y caer en la tentación de lo fácil solidarizándonos con la rendición permanente de nuestros hijos, el trabajo formara parte obligatoriamente de sus vidas, pero la filosofía del esfuerzo se ha de transmitir y enseñar.

martes, 8 de enero de 2008

El nuevo año

La memoria ha clasificado y archivado un año más y reserva espacio para el que comienza, el 2007 forma parte ya, de los recuerdos, resulta difícil hacer balance, la memoria nos puede hacer composiciones imprecisas, es la vista ahora la que ha de jugar un papel importante, el horizonte del 2008 es largo y se necesita agudeza visual para encontrar el camino, o para no salirse de el, según sea el caso.

Me gustaría que el 2008 sea un año diferente, el anterior fue un año de renuncias importantes, de sentimientos atropellados, de bagaje arrancado y bastante violencia emocional, en algunos casos incluso física, un precio muy alto que ha sido necesario pagar para dejar atrás también muchos despojos a estas alturas innecesarios.

El pasado año tuve ocasión de culminar mis conocimientos sobre un muestrario de conceptos que siempre he intentado mantener alejados, y como sucede con el dicho: si no quieres sopa tomas dos tazas. Me refiero a todas las vilezas y mentiras de las que el ser humano es capaz, cuando el fanatismo, el egoísmo y sobre todo la ignorancia y la mente obtusa se aunan, me ponen nervioso las personas que por falta de entendederas o por encargo, predican un mensaje hipócrita, "basamos nuestra política en el dialogo" o "no queremos la confrontación política" y ponen en marcha otro, llegando incluso a la amenaza física, es triste, muy triste observar como la ignorancia democrática y la pobreza intelectual, se apodera de los espacios públicos, con cualquier escusa y a cualquier precio, utilizando medios de desprestigio harto conocidos y de difícil catadura, incluso legal. Hay personajes a los que les molesta este foro, deben de identificarse y sentirse heridos, con algunas descripciones que salen en los diferentes escritos y su reacción inteligente se limita a enviar anónimos donde muestran toda su categoría como persona. Me da pena, no voy a entrar en provocaciones absurdas e infantiles que quedaron en evidencia en su momento.

La publicación de mis pensamientos en este foro esta por encima de comportamientos hitlerianos y no se basan solo en criticas, que las hay, son pensamientos, desacertados algunos, encendidos otros, nostálgicos, optimistas, pero sobre todo LIBRES y míos.

Que este año sea un años donde la razón y los valores básicos, como el respeto y la tolerancia, estén por encima de la hipocresía, la mentira y el acoso a las opiniones contrarias, vengan de donde vengan.

Feliz año para todos y que sea un año de deseos realizados.



Orignal From: El nuevo año

sábado, 5 de enero de 2008

Queridos Reyes Magos

Soy un poco mayor, pero quiero pediros en esta carta algunas pequeñas cosas, otras medianas y muy pocas de peso considerable, el orden no es lo relevante, vosotros que sois reyes y además magos, sabréis con incontestable criterio cuales son las importantes y las que me hacen mayor ilusión.

En primer lugar quiero que los pisos no sean de 30 metros, que no llamen crisis inmobiliaria, a lo que ha sido un desfalco a manos llenas y por supuesto quiero un pisito de 4 habitaciones con todas las comodidades y de protección oficial, si es posible sin necesidad de afiliarme a ninguna organización ni rendir pleitesía a nadie.

Quiero un frasco de libertad, de aire, de espontaneidad, me gustaría recordar tiempos en los que se podía vivir sin el corsé de tanta norma estúpida, parida por versados incompetentes en campanas de cristal. Quiero ser un poco más libre, y que nadie utilice la democracia para quitar libertad en aras a conservarla o protegerla, con cualquier escusa. La libertad esta por encima o en igualdad de condiciones que la democracia.

Que no venga ningún listo a decir que la libertad acaba donde empieza la de los demás o que una cosa es libertad y otra libertinaje y tonterías semejantes. Quien tenga un espíritu libre sabe perfectamente a lo que me refiero.

Quiero que mis amigos no me traicionen por un plato de lentejas y un chorizo, y que los chorizos no sean mis amigos por un plato de lentejas.

Quiero que los políticos se pringuen o se vayan a su casa, la política es para valientes, para gente comprometida y con capacidad de preveer los problemas y acometer sus soluciones, los oportunistas y acomodados con discurso guionado y fácil están de más, ¿te los puedes llevar en tu camello y depositarlos en algún pulcro y limpio calcetín?

Quiero que los telediarios no me digan lo que tengo que hacer y me informen, solo un poquito, entre anuncio y anuncio. Que los estudios precocinados de cada día se los coman ellos.

Quiero que no suban las facturas de la luz, del agua y del gas, y que tampoco sean servicios trampolin para gravarnos con más impuestos. En algún sitio he oído que son servicios básicos, servicios y básicos.

Quiero que los detalles estén por encima de la nebulosa de lo general, que las personas sean lo importante, que el día a día no nos aplaste, las multitudes y los años estan formadas y formados por personas y por dias respectivamente. Que la vida no se nos escape intentado vivirla.

Quiero que cuando hablen del euro digan que ya no vale 166,386 ptas. y apliquen su valor real a nov/2007 de 202,990 ptas., y que cuando hablen de subida de precios lo hagan aplicando este valor y el del redondeo del euro, que una barra de pan de 0.95€, costaria ahora 192,84 ptas., que el diario que en 2002 costaba 60 ptas ahora cuesta 202,990, un 238,31% más.

Quiero que esa politica general del redondeo, en impuestos y precios, se aplique a los salarios y que quien ganaba 100.000 ptas en 2002, gane ahora un 238% más, es decir 338.310 ptas. o 1.666 €. Será posible señores altezas.

Quiero una cartera de piel.

Quiero mis calcetines de cada año.

Quiero un bote de colonia.

Feliz año nuevo Altezas.


Orignal From: Queridos Reyes Magos

jueves, 3 de enero de 2008

Cuellos de jirafa o espejos o accidentes

burros3.jpgEl problema de aparcamiento se ha generalizado, es natural y bastante obvio, ningún politico o gestor público de los del municipio se ha preocupado durante años del crecimiento espectacular del parque de automoviles, ni tan siquiera ahora es preocupación ni se estan articulando soluciones que no sean puramente sancionadoras o limitadoras. Es una muestra más de que nuestros politicos estan mas por sus asuntos, que por solucionar los generales que afectan al ciudadano y a su calidad de vida.

El problema se hace acuciante y agobiante para muchos ciudadanos cuando tras superar largas colas para llegar a su casa tras una jornada larga de trabajo, ve como esa herramienta enorme que es el coche, no puede dejarla, y despues de aburridas vueltas por el barrio, finalmente la deseperación puede y lo deja en cualuier esquina, acera u otro claro que quede en la maltrecha via publica. El cacao esta servido.

Es cada vez más habitual llegar a un cruce y tener un coche aparcado saliendo por la esquina por la que has de mirar para cruzar, y no queda mas remedio que arriesgarse y sacar el morro del coche, o si se tiene el cuello de jirafa, pero lo que no hay nunca son espejos u otro artilugio que facilite la visión sin riesgo al accidente.

Hay soluciones claras para solucionar el problema del aparcamiento en las ciudades, por supuesto no son rentables, y se han agotado muchas con la especulación urbanistica. Basta con saber algo de aritmetica. Pero no me toca a mi en este momento darlas.

¿Cuellos de jirafa, espejos o accidentes?



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