sábado, 2 de octubre de 2010

La descolorida huelga general, los llamados antisistema y el día después.

antisistema Era necesaria una llamada de atención a los poderes públicos, a todos, sin excepción, la forma posiblemente una huelga general, también hubiese sido valida una macro manifestación a nivel general seguida de cientos de comunicados de todas las asociaciones cívicas, sindicales y empresariales, más barato y mas efectivo, pero también más comprometido y por tanto no valido para cobardes y vividores de favores.

Ha sido una huelga anunciada, a termino, se anuncia y se realiza tres meses después, debe de ser un nuevo sistema sindical, que como ha quedado demostrado carece de efectividad reivindicativa y de fuerza.  La huelga ha llegado tarde y mal y con las consignas equivocadas.  Ha tenido que ser una reforma laboral hueca y vacía de contenido, incluso de peligro para los trabajadores, la causante primera de la convocatoria.  Craso error de quienes llevan demasiado tiempo dormidos en los laureles.  El peligro de los trabajadores es la no creación de empleo y la creación de empleo precario y eso no se arregla con nuestra gran reforma laboral, que como otras grandes leyes de esta legislatura son papel mojado y carnaza para perder el tiempo y el horizonte real.  Puro engaño.

La huelga se tenia que haber realizado por el aumento del paro, por la presión fiscal global, del gobierno, de las autonomías, de los ayuntamientos y ahora hemos de incluir las multas, por la falta de protección legal a las familias atrapadas en las hipotecas bancarias, por el desmadre del ladrillo, por la gran buffet de las entidades bancarias, por el abandono financiero de las pequeñas empresas, por el sistema de cotización de autónomos, por el anquilosamiento de nuestra economía gracias al aburrimiento y la proliferación de gabinetes técnicos que no cesan de tejer como consecuencia nuevas disposiciones, prohibiciones, normativas, reglamentos, contradictorios e irracionales entre ellos y que suponen un palo en las ruedas de nuestra economía. Con lo bello y efectivo que es lo simple.  Hay miles de motivos para decir basta, para gritar que queremos otra forma de vida, para reivindicar más tiempo con nuestras familias y con nuestros amigos y menos en las caravanas y en la búsqueda de aparcamiento, que necesitamos que el endemoniado estrés se relaje un poco, que el mundo gire más despacio y nos ocupemos de las cosas realmente importantes.  Esto si que merece una huelga y mil si es necesario, antes de que todos nos volvamos locos y un detonante ocasione motivos para la violencia.

Los llamados antisistema, que no sé si lo son, han hecho aparición en ese día en Barcelona, lo llamativo es que un grupo cada vez más numeroso de jóvenes sin siglas políticas conocidas se agrupen y actúen de forma violenta contra todo y todos.

Lo curioso y valiente es que la clase biempensante y acomodada ha sido unánime: más mano dura contra el gamberrismo. Eso es todo.

Yo creo, sin embargo, que ese gamberrismo es un síntoma y una consecuencia de nuestro tiempo, de lo expuesto anteriormente. Y haciendo un ejercicio de abstracción podemos situarnos en el otro lugar y pensar del mismo modo:  más mano dura contra el gamberrismo de los bancos, de la avaricia inmobiliaria, de los políticos irresponsables e incendiarios, contra el gamberrismo de la miseria, contra el gamberrismo de los desahucios, contra el gamberrismo de la guerras y del hambre.  Hay que estar más atentos a estos movimientos y no ser tan simplistas e hipócritas.

Al final quien ha hecho más destrozos??

Pero llego el día después, y la ilusión y el trabajo ni están ni se les espera.

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