jueves, 27 de marzo de 2008

El hermano de camino me contó dos o tres cosas

bifurcacion Estoy planteándome seriamente dejar de comprar el diario o comprarlos todos y ver cada día si en alguno coincide la inquietud de la calle con la inquietud de los políticos, pero supongo que no es un problema de los diarios (que también) sino de los otros, y no me refiero a los toros ni a los cabestros.

Ciertamente con un poco de lectura critica o simplemente no dando nada por bueno aunque lo diga el diario, se observa día tras día, que hay un mundo de jauja en el que vive la clase política y su corte y un mundo real, quizás un poco más duro y menos exquisito en su formación pero real y extenso, sobre todo extenso.

Mientras los unos les ríen las gracias a los otros y se dedican todos con mucha solemnidad a marear la perdiz, consumiendo las horas y las horas, las paginas y las paginas y las portadas de los partes informativos y telediarios, en decidir que pelan si una patata gorda o dos menudas, y en como se parte y reparte el pastel, siempre están atareados en sus cosas, unas veces por las elecciones, otras por los estatutos, otras por el supremo, otras por el ave, otras por que unos ven crisis donde otros solo recesión pasajera y todos, practicando la política del avestruz y esperando que los problemas ignorándolos se solucionen solos o con un milagro.

Quiere decir esto que no funciona nada, en absoluto, la administración trabaja, y en ocasiones y en sectores, ciertamente muy bien y hay que felicitarla. Es posible que tan solo sea un excedente de estrellas lo que no nos deje ver el firmamento.

Como decía mi hermano de camino: mi novia se llama estrella y tiene un firmamento solo para ella.

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