jueves, 10 de abril de 2008

Agua de culo, no, gracias.

Como anuncia El Periódico es un gran choque cultural, reciclar las aguas residuales incluidas coladas de lavadora, meados, cagadas y todo tipo de porquerías industriales para convertirla en agua potable es realmente chocante y desesperanzador, es convertir el agua de culo en agua de boca, por emplear el termino de moda para llamar al agua que bebemos. Cuando menos sorprendente e impresionado por el avance ecológico, es llegar al éxtasis del reciclaje, solo falta que las cagadas las conviertan en bizcochos.

Lo que también llama la atención es la vaselina que el diario mencionado emplea para colocar el gran supositorio "cultural", en la edición impresa al lado de la noticia intenta vender las grandes ventajas de reciclar los meados, aduciendo que los EEUU, en algún estado lo están haciendo, o con el aval de algún experto.

Todo parece indicar que el problema del agua es más profundo a corto plazo de lo que indican y que sería conveniente un debate en profundidad sobre temas tan candentes e importantes, para que no suceda como lo sucedido con la vivienda. No es bueno con todo lo que gastamos e invertimos en administraciones publicas acordarnos de Santa Bárbara cuando truena.

Se hace patente ahora el dicho: "Nunca digas de ese agua no beberé y ese cura no es mi padre".

El agua residual potabilizada para usos industriales o cualquier otro que no sea el de beber, hay que buscar soluciones mas imaginativas y de largo plazo para la que necesitamos para beber, lo otro es un espaldarazo al negocio del agua y un motivo para que las acciones de las aguas embotelladas alcancen el cielo.

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