domingo, 4 de noviembre de 2012

La culpa de todos

CULPAHoy leyendo un interesante articulo en una revista dominical, he encontrado cuatro palabras que definen perfectamente el estado de animo de una colectividad o nación: indignación, frustración, resignación e indiferencia.  Y han de suceder por ese estricto orden, y se encuentran solapados.  Hay quien tiene capacidad de indignarse, hay quien se frustra directamente, el que se indigna acaba frustrándose, ambos acaba resignándose y acaban en la situación de letargo que es la indiferencia.

Esto le sucediendo a España y a media Europa, estas cuatro palabras están siendo las protagonistas, están formando un mezcla explosiva, para detectar la magnitud de su significado, solo hay que reflexionar un poco y pensar en un país indignado, harto de tanto expolio y violación de su bolsillo y de sus derechos por una democracia que se esta tornando una “dictadura democrática”, piénsese en un país frustrado sin capacidad de voz, sin que nadie haga caso al ciudadano la “prepotencia democrática” que lo arrasa todo empleando consignas del tipo  lo hacemos “por su bien”. 

Que triste pensar en un país resignado, resignarse significa comenzar a dejar de luchar, perder las ilusiones y aprender a ser más egoísta, si ello es posible, resignarse es el paso previo a dejar de ser y dejarse llevar, es el espaldarazo a la partitocracia y las castas ¿lo mejor para un país?.  Pero quizás lo peor, como resultado de todo lo anterior es la indiferencia, los peor para la sociedad y para el país, pero de lo mejorcito para quien gobierna mal y no quiere injerencias.  Indiferencia: que caigan chuzos de punta, que yo, mando de tv y sofá y una birrita para acompañar,  y cuando me toque a mi, ya me espabilare.  Si puedo.

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