lunes, 9 de enero de 2012

Perdidos y sorprendidos

cadenas-en-las-manosCuando el diablo se aburre con el rabo caza moscas, cuando los gobiernos no saben donde están, gobiernan prohibiendo, subiendo impuestos y con ocurrencias totalmente fuera de contexto.

La deuda publica es un problema pero no es EL PROBLEMA, al menos del país, entre ellos, los colegas banqueros y ministros, se empeñan en evidenciarse y colocar como mayor problema el déficit (el despilfarro), y como “solución” miran al ciudadano y deducen la posibilidad de empobrecerlo un poco mas, con las geniales subidas de impuestos, luminosos cerebros, siempre olvidan la máxima de rebajar impuestos para aumentar ingresos, pero entre exquisitos no esta bien visto rebajar.  El déficit (el despilfarro) es un problema de largo recorrido solucionable con el resto de la economía, y el mayor recorte esta en los presupuestos y en el control de gasto, basta mirar cualquier capitulo para entrever la cantidad de grietas por donde se escapan los esfuerzos de este país.

De todas las medidas dictadas por los ministros, aun no tengo conocimiento de ninguna que afloje el corsé de empresarios y emprendedores, siguen dándole vueltas al garbanzo de la reforma laboral, sin tragarlo ni escupirlo, han colocado en la picota a los salarios, la precariedad y los puentes.  Bueno, es una forma como otra de perder el tiempo y justificar la incompetencia.  La reforma laboral seria conveniente enfocarla dentro de medidas globales para abaratar costes no productivos a las empresas y, adaptar el tipo de contratación a la situación del mercado.  Darle un nuevo concepto al desempleo, el desempleado no ha de ser una persona rechazada del mercado laboral, debe permanecer en la empresa en estado latente, al ralentí, en periodo de formación, preparando el arranque de nuevas faenas, por supuesto este giro en el concepto supone un giro en la mentalidad, supone confiar en el ciudadano y en el empresario.  Filosofía que resulta casi imposible en un país donde el mismo Estado esta imbuido en la cultura del lazarillo, del pillo, la mayoría de nuestra legislación tiene ese enfoque.  Y yo digo así nos va.  Muchos de nuestros esfuerzos se esfuman en buscar formas de escapar, caminos para dar la vuelta, y mientras tanto no hacemos otra cosa.

Suponer que este gobierno tiene la solución, es suponer que tienen la capacidad de escuchar, es suponer que viven la realidad, y eso, me temo, es suponer mucho.  Si entreveo, el manual al uso, la ortodoxia académica y la falta de imaginación, la falta de medidas basadas en la experiencia vital y por ultimo dan la espalda a una realidad que ya empieza a ser asfixiante.

No basta el deseo ni las buenas palabras para solucionar los problemas, es necesario ponerse a trabajar, escuchar y realizar el planteamiento acertado. Resulta difícil empezar a solucionar subiendo impuestos.

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