martes, 13 de enero de 2009

Muchas palabras + Poca concreción = Desilusión

papelmojado Hoy el titular del diario El Periódico, llenaba su portada con este titular "Nadal propone flexibilizar al alza el limite de 80km/h" y en la versión digital del mismo el Conseller Saura entraba al trapo contradiciendo a Nadal, se necesitan grandes gobernantes, decenas de asesores, coche tuneado, presupuesto abultado y un sin fin de prebendas más para tan sublime y determinante decisión, esto cambiara de forma determinante el rumbo de la crisis y supone una gran medida para el bienestar de los ciudadanos.  Y que grandes son los medios de comunicación, que sabios y acertados en sus titulares, cuanto conocimiento y profesión, que gran titular.

Resulta increíble, como increíble es la situación en la que se esta sumiendo la economía española, que fácil ha sido administrar la abundancia y apuntarse los tantos, con la abundancia el despilfarro y la mala gestión no se notan, lo jodido, es cuando hay que tomar decisiones y gestionar, es entonces cuando todos empiezan a mirarse a ver quien es el guapo que se mueve o comienzan a discutir a quien corresponde la competencia mientras con suerte pasa el temporal.  Madrid, la nieve, aeropuerto, Magdalena, Gallardon, Aguirre y podéis añadir unos veintitantos más, y cambiar los factores pero el resultado no cambia: CAOS.

No se puede pensar como se nos dice que la situación cambiara a mediados de año, no basta con el hecho de pronunciar un deseo para que se cumpla, aunque reconozco que es parte fundamental el creerselo, pero no basta.  Las condiciones y los actores que durante estos años han provocado el deterioro siguen estando latentes las unas y en el mismo puesto los otros.

Es necesario un cambio de talante radical, sobre todo en el liderazgo, las formas empleadas hasta hora y los falsos liderazgos han sido solo humo, la época de los gurús y la gomina se agota, los mercenarios de la gestión y la vida publica han demostrado eso, la falta de creencias en lo que hacen, falta de imaginación y exceso de manual reglamentista, mucha incompetencia y pocas luces, educación exquisita pero falta de humanidad.

Es necesario un cambio en las formas y en las caras, esta crisis es una crisis de excesos, de endiosamiento, del cansancio del ciudadano que pese a su conformismo, observa como todo a su alrededor es pura mentira y aunque no es capaz de descubrirla, la percibe y la siente y se asquea. Pero lo olvida y su memoria se desvanece cuando su cuerpo se abraza al sofá, hasta la mañana siguiente.

Hay un exceso de palabras, un exceso de propaganda, muchas mentiras hechas verdad y poca concreción o ninguna.  Cuando se adopta una medida o se promete una solución, tan solo hay que bajar a lo concreto para darse cuenta de lo irrealizable de lo dicho, es cuando aparece la letra pequeña y las condiciones limitadoras, de tal forma que anulan la promesa o convierten en papel mojado las palabras.

Mientras tanto todo sucede y el sufrimiento individual se pierde entre los interese del bien común.

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