Yo también me niego a llamar a la situación actual CRISIS, o al menos me resisto a la coletilla "económica", estamos en la situación posterior a la "fiebre del oro" inmobiliario, es necesario unos meses de cama y luego, vuelta al trabajo.
Me sorprende y me sonroja la cantidad de expertos y opinadores incluidas algunas autoridades, que en estos días no dejan de lanzar opiniones sibilinas de la actual situación y la que ellos creen que se avecina, todo ello cuando ya la evidencia los relega al ridículo y al oportunismo. ¿donde estaban cuando la vox populi opinaba que los precios y los pisos y los tomates y la especulación estaban tomando un rango peligroso?
Sencillamente no estaban o estaban distraídos subidos en el carro de la fortuna y negando la evidencia.
Los precios del petróleo y la situación medio ambiental son causas mundiales, las dos provocadas y alentadas por las economías occidentales, por sus grandes operadores, y mientras alguien o muchos, se estén enriqueciendo, esas dos causas no se van a frenar, al menos de forma razonablemente ordenada.
Echarle la culpa de la crisis española a la falta de liquidez del mercado americano y a la escalada de los precios del petróleo, es simplemente DISIMULAR Y ECHAR BALONES FUERA, nuestra situación tienen su origen en una gota de agua, la que colma el vaso de la paciencia y aguante del consumidor nacional. Los abusos de los mercados, la avaricia, el despotismo económico, la caída de los salarios, el permanente ajuste del euro al múltiplo superior en los precios, y sobre todo la inoperancia de quien tiene que poner coto, hacen que la situación sea TIPICA Y MUY NACIONAL.
Que hacemos para paliar la difícil situación de desconfianza del consumidor:
- Subimos los tipos de interés (dicen que para frenar los precios, los países productores del petróleo se parten el pecho de risa y de iggggnorancia).
- Para ayudar a frenar los precios y dar confianza subimos la tarifa de la luz (las pobres eléctricas ganan poco dinero) y de todos los servicios básicos.
- Eso si, congelamos los sueldecitos de los numerosos altos cargos.
- Ponemos el Canon de la SGAE a todo lo susceptible de ser grabado.
- Damos confianza a las pequeñas empresas con burocracia y reglamentación imposible de asimilar.
- Dejamos que el mercado se acomode por su cuenta, el débil es devorado y el gordo engorda mas.
Hay una alternativa al quedarse quieto y es quedarse también callado.
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