sábado, 1 de marzo de 2008

Espejo cibernético

espejo cibernetico Miraba la silueta de su cara reflejada en el filtro de la pantalla del ordenador, entre sombras violetas, veía su rostro apagado, la luz solo definía de forma fugaz el brillo de su frente, la nariz y el dibujo leve de su boca. Le gustaba verse sin verse.

La mesa estaba cargada de papeles totalmente desordenados, como si hubiesen sido colocados por un golpe de viento, y aquella habitación no era precisamente el marco donde se sentía protegido, el silencio y loa desolación hacían de aquel cuarto un recinto carcelario, sentía necesidad de salir de allí, escapar, aunque solo fuese a través de su mirada perdida en aquel espejo cibernetico que dibujaba su rostro.

A ratos miraba el teléfono con gesto de interrogación, con ansias de que el sonido de su timbre lo liberara, le abriera las alas para volar, era el único instrumento capaz de acercarle, de llevar su voz, la única voz capaz de romper toda aquella presión. Pero todo permanecía en silencio.

Intentaba concentrarse en ella, ponía tanto empeño que incluso se olvidaba de respirar y las venas de sus sienes se hinchaban como inyectadas de aire, parecía ser estrangulado por unas manos invisibles que lo atenazaban sin piedad, cuando la falta de aire le golpeaba la conciencia, dos grandes puños aporreaban la puerta de su soledad.




Orignal From: Espejo cibernético

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