LLevo meses de aburrimiento, cansado y aburrido, escuchando demasiadas tonterías y viendo actuaciones lamentables, parece que no hay solución a tanto tedio, la estupidez y la parálisis esta en todas las instituciones y en gran parte de la sociedad, la causa no debe de ser achacable al tiempo o al estrés, ni tampoco a las porquerías que ingerimos. Más bien la causa esta en las personas, como decía el otro redundantemente en las “personas humanas”, y mas precisamente en la agrupación de ellas, en los clanes, castas, lobbies y otras formas de agrupación en torno al poder.
Hace años, al comienzo de los noventa, durante mi paso por alguna escuela de negocios y empresas de selección, ya me di cuenta del desastre que se avecinaba, la cuestión era sencilla, bastaba observar los criaderos de clases dirigentes y ejecutivos y las trazas con las que se disponían a gobernar empresas, bancos e instituciones. Era suficiente un titulo en ingles, aplicar los manuales y los ratios sacados del Lotus, la hoja de calculo del momento y aplicarlos, buenas corbatas, buen coche, la Montblanc en el bolsillo y pocas luces.
Y hasta aquí hemos llegado, ha faltado la humanidad en los negocios y el compromiso con la sociedad en la política y ha bastado en ambos casos cambiar las reglas de juego, como si de inventar el mundo se tratase, como si nada de lo viejo funcionase y hacerlo todo por nuestro bien y por sus bolsillos. Sencillo.
Esta forma de actuar se ha expandido e incrustado en todos los huecos donde era posible gracias al funcionamiento de llamada de las asociaciones de antiguos alumnos, una vez colocada la primera lanza, el siguiente paso y el posterior son fáciles de adivinar. La contaminación y sus consecuencias a la vista están.
Hemos estado y por desgracia estamos en manos de personajes sin “luces” no basta con dinero y grandes fortunas, si la vida no te ha dejado alguna arruga, si no puedes lucir ninguna cicatriz en tu curriculum, si no dispones de un mínimo de sabiduría de la vida, difícilmente se puede estar en condiciones de comprometerse de forma veraz en los asuntos de gestión, públicos o privados.
Solo hay una senda para salir del aburrimiento, el sentido común y la sabiduría por encima de la masterización.