sábado, 24 de octubre de 2009

El dinero crece en los arboles

payaso A pesar de mi interés por fijar mi atención en los grandes temas del país, como la corrupción, la sumisión de nuestro gobierno al pirateo, la grandiosidad del Plan E, la dejadez de nuestros políticos, la estupidez de nuestros gobernantes, hay pequeñas cosas que me traen a la realidad, muy a pesar mío.  Son las pequeñas cosas que meten la mano en nuestro bolsillo, que hacen que nuestra vida sea cada vez menos vivida, las que nos distancian de nuestros hijos y de nuestros amigos.  Son esas pequeñas cosas, que son pequeñas por pasar desapercibidas, pero que suponen grandes barreras en nuestra vida cotidiana y que tienen la grandeza de ser como el ave fénix, mueren y renacen.  Mueren cuando cogemos el sofá y renace cuando cogemos el coche al día siguiente.

La ultima cosita nos la ha dado el Senado, sus señorías han recibido un mensaje, posiblemente del “ayuntamiento de barcelona”, el secuestro de vehículos y su posterior rescate, por parte de los ayuntamientos, necesitaba del sello democrático y de su amparo legal, que no justo, y sus señorías, supongo que tras un duro debate y con el salón a rebosar  de asistencia lo dio por aprobado, todo ello muy a su pesar pero por nuestro bien y para echar una mano a superar la crisis.

Solo la persona que haya sufrido la retirada del vehículo, sabe cual es el calvario al que nos someten los causantes descerebrados del garrote vil moderno.  Lo que llega a fastidiar cuando además el coche lo tienes bien aparcado, cuando has hecho una hora de caravana y has perdido 20 minutos para encontrar aparcamiento a 800 metros de tu lugar itinerante de trabajo y tienes que dar tres viajes para llevar herramienta y materiales, cuando has depositado tres euros en el parquímetro sacrificando el bocadillo de mortadela y el quinto, cuando después de ocho malditas horas de trabajo, vuelves con la herramienta al coche y el ayuntamiento “por el bien social y democráticamente” te ha robado el coche y te pide un rescate por ello.  Un rescate de 150,70 euros, mas el tiempo que te lo han estado custodiando al precio de parking de oro.

Después de estar hasta “los cojones” de trabajar, ahora comienza el calvario de conocer el lugar y rescatar el coche, esto fácilmente puede suponer dos horas de trabajo si dispones de los medios necesarios.  Sino vuele a tu casa como puedas y mañana, con la cartera llena y cargado de paciencia pierde la mañana. Una verdadera aberración, propia de mentes que deberían de estar internadas y no demostrando su falta de compromiso social con tanta chulería.  Mentes que piensan que el dinero de los trabajadores crece en la copa de los arboles.

Como decía antes estas tonterías son las que me apartan de los grandes problemas del país, con lo que a mi me interesa quien será el elegido de la casta, para velar y repartir el dinero de Caja Madrid.

Me disculpo por andar tan distraído .

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